martes

Matsuri


Como se me rompió el computador, ahora hurgo en los archivos ajenos.

miércoles

Nº 1




Este fué el primer sueño que escribí:

Después de un largo tiempo de no recostarme por las tardes, tuve un semi sueño en una semi siesta. Esto sucede cuando cierro los ojos, y por diferentes razones no puedo relajarme, tensando el cuello, convirtiendo a la almohada en piedra, escuchando cada sonido que se produce a mi alrededor y amplificando al doble de su frecuencia.
Hay una instancia de este ritual totalmente forzado, que logro concebir el objetivo, pero estoy en la frontera del mundo real y el onírico.

En esta ocasión tuve un sueño, que como de costumbre, lo recuerdo por dos partes. Al "despertar" me dije, es un buen sueño, debería recordarlo, pero pasado el minuto ya lo había olvidado.
Lo que rescato son estas dos escenas. La primera era algo que estaba escribiendo algo así como "no creer tan desesperadamente en el algodón de sus ojos". Puede ser algo robado de otra persona, pero prefiero pensar que fue ideado por mi subconsciente.
La otra escena era que en las últimas páginas del cuaderno en el que siempre escribo había unos dibujos hechos por otra persona, una amiga. Estaban llenísimos de color, hechos en marcador, con trazos rectos. Eran seis dibujos, de los cuales sólo recuerdo uno, en el que había un reptil sobre un piso de tablas de madera, y en el fondo una selva o mucho verde.
Las partes más difusas del sueño al parecer estaban relacionadas con un colectivo de la línea 39.
La segunda sensación al despertarme fué la sorpresa que sólo había pasado una hora.


06?/2005



Foto: Grete Stern, "Sueño Nº 1".

lunes

Pausa




La casa estaba enterrada bajo la arena, bajo el médano. Primero revisamos si había algún rastro de la entrada, pinchándonos con los cardos nos dimos cuenta que la puerta principal estaba cerrada. Subimos al médano que estaba al mismo nivel que la parte superior. Trepamos por el techo que se deshacía a cada paso, y logramos entrar por una pequeña ventana de una habitación. Tenía una cama cucheta con tres colchones apilados en la parte de abajo., eso era todo. En el piso de madera, una abertura, con una precaria escalera que descendía a la cocina y el comedor.
Bajamos, y ahí fue cuando nos dimos cuenta que la casa estaba congelada en una situación cotidiana. Los dados que estaban en la mesa, estaban tirados, recubiertos de una capa de arena, como una partida de generala interrumpida. Los aparadores llenos de vajilla empolvada, los adornos típicos de la playa, los almanaques, todo pausado.
La gente que habitaba la casa se disolvió, para empezar a formar parte de la arena.
Y empezamos a sentir lo que ellos sintieron en el momento que estaban sentados en la mesa jugando generala. Nuestra piel se escamó, se quebrantó y veíamos como caía al suelo confundiéndose con los pequeños montículos de arena que estaban a nuestros pies

sábado

Dale una galletita

Lo que puede salir de un cadáver exquisito entre dos niñas de 7 años y yo:



¡No soy mas tu amiga!, pero ayer mi abuelo me dijo que mi tía hizo un teatro.
Delia se casó y se quedó muda, me comentó que las plantas eran malas. Barbies de porquería tontas.
Las flores están secas del sol. Pero cuando vino a la casa le dijo que no lo mate, yo lo maté, que mala, ¿no?
Ya sé lo que es, es loca, mini loca. Jajajaja ¿le damos una galletita?.




(Aclaro que las partes mas inocentes fueron las mías...oh! pequeños demonios asesinos!)

viernes

40 Fósforos

Algunas cosas que hago en invierno:

Prender la estufa y ponerla cerca mío, cuando el calor es suficiente, la apago. Esta secuencia prender-apagar se repite las veces que sea necesaria.



jueves

En el caso de


Una vez fuí a una de esas encuestas que se realizan en cámara gesell. Era sobre cigarrillos, querían lanzar una nueva imagen y necesitaban la opinión del público, éramos seis chicas alrededor de una mesa, con un supuesto moderador que por momentos era extremadamente falso.
Nos pidió que nos presentáramos, y como siempre pasa, nadie quería empezar, creándose uno de esos silencios tan incómodos. Por supuesto que no fuí la que lo rompió, dejé que pasaran cuatro presentaciones, en las cuales ya se había elaborado un patrón bastante incoherente como : Hola soy Daniela, estudio derecho, fumo lucky strike, hace dos años estoy de novia y no me gusta el deporte.
Ahora que lo leo no era tan incoherente.
Cuando llegó mi turno reflotó en mí la timidez que me caracterizaba cuando era chica, la voz me cambió un poco y dije: me llamo Noelia, estudio música, y me gusta la natación (aunque no aporte tanto lo del deporte.)
Al final la campaña gráfica era muy mala, y extremadamente parecida a la de CocaCola Light.


En fin, un saludo cordial a todos, y espero que sea de su agrado.
n.

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